Miles de personas en el mundo terminaron con las clases, y gritaron como desesperados desde la comodidad de su casa: «Vete al infierno Krabappel», algunos incluso salieron sin portar cubrebocas y hasta les valió sorbete que hubiera restricciones como las que le puso el Sr. Taboada a su hija, Samanta.
Los que saben que hemos estado confinados porque no se la pasan postrados viendo videos de Tik Tok, saben que no es bueno salir corriendo como un Milhouse por todas partes, y menos si el lugar para acudir es Cancún, y no tanto por el lugar, sino por la invitación a la lujuria y a la perdición que ni Dominique soportaría.
No, no voy a hablar aquí del Decamerón mis niños, aunque de seguro muchos de los que ya se pusieron las dos dósis de la vacuna contra COVID-19 saben de lo que hablo, para bastantes de nosotros se trató de un libro que leímos en la juventud y al que podemos extrañar emular, pero no seguiré hablando en chino para esta generación que confunde la postración con los postres… Mmmm postres.
¿Qué es un Covidiota?
Dejemos de lado, el azúcar, las flores y los muchos colores que encierra el verano mis amores, y concentrémonos en lo importante, aprender que en el diccionario se admite el uso de una nueva palabra, la cual se debe añadir a su lenguaje más allá del «güey, chingá y no mames», o sus deribadas.
Me refiero a la palabra Covidiota, que es la persona que no sabe seguir instrucciones de las autoridades, y que pese al confinamiento y a la necesidad de mantener la distancia, opta por abrazar a los demás con el respectivo arrimón y dar besos como signo de amor, aceptación y fraternidad a todo lo que se encuentra a su paso, aunque sea la diosa porcelana al momento de cantar Oaxaca.
Amores, la juventud no necesariamente está casada con la temeridad y con la necesidad de exponerse a padecer los peores males, como el Covid-19, no todos tenemos la bravura necesaria para enfrentar a un pequeño virus que te destruye desde dentro.
Covidiotismo en la universidad
Desgraciadamente se han estado dando casos positivos entre jóvenes que ya han pasado muchos años en la escuela, imagínense desde kinder hasta la licenciatura, y que echaron por la borda los cuidados que tuvieron al permanecer en casa para ir a contagiarse y a contagiar a los demás, ¿de qué sirvieron tantos años y horas nalga? No lo sabemos todavía.
Ser graduado no te quita lo covidiota si es que piensas que al poder gritar como escolapio recién salido de la institución sales con un halo de desinfectante que limpia de virus y bacterias todo lo que toca o se encuentra a tu paso.
No mi niño, eso no pasa, tampoco pasa que un sexteto de malta (es decir, un six de chelas) te libere de microorganismos como el virus que ocasiona el COVID-19, así que si ya terminaste tus estudios lo mejor que puedes hacer es ser feliz con una graduación desde casa y evitar aglomeraciones.
Opciones para no ser Covidiota
Por los medios calientes, digo, por las noticias, me enteré que por no quedarse en casa muchos jóvenes se han contagiado de COVID-19, esperemos que se recuperen pronto, y que las secuelas no sean graves ni para ellos ni para sus familia. Pero, no hay que ser, si son personas letradas saben que hay que hacer caso de las medidas sanitarias cuando hay pandemia.
Estoy segura de que al registrarse, las jóvenes promesas que salieron de la escuela saben perfectamente que no quieren estar postrados en una cama, así que eviten el estado de postración y evitemos ser covidiotas, no hay que salir gritando como si todo esto hubiera terminado por que no es el caso.
Mi padre, al abuelo Mileño, decía que hay mucho por hacer cuando toca quedarse en casa, por ejemplo jugar al balero y aventarse unos capiruchos para evitar el aburrimiento, sigamos cuidándonos y cuidemos a los demás, no seamos covidiotas y mejor aprendamos algo de léxico, por ejemplo: alguno de ustedes ya sabe bien qué es ovo.
¿No? Pueden leer esto mis amores, y entretenerse sin arriesgar su vida: ¿Sabes qué es Ovo? | Te lo digo y te lo resumo | Huele a ¿Ovo?
Hoy aprendimos la palabra covidiotas, y espero que eso, mis niños, sirva para que nuestras fotos no aparezcan en el diccionario como ejemplo de la definición.